Intento de escapada

Intento de escapada«Con los años he ido aprendiendo que nadie tiene su momento, que no hay un tiempo por venir al que confiar las cosas y que todo lo que no se hace, como ella había dicho, se pierde para siempre»

Cuando cerré Intento de escapada supe que había leído uno de esos libros que te cambian para siempre. Es una obra de arte. Y utilizo la palabra arte adrede, ya que el autor, Miguel Ángel Hernández, además de escritor es profesor de Historia del Arte en la Universidad de Murcia y director del CENDEAC y Research Fellow del Clark Art Institute. Y se nota. Se palpa. La novela late a un ritmo distinto, estamos ante un libro diferente, muy bien pensado, con una cadencia interna que parece mover solos los pies, como la música de Frank Sinatra, es algo así como un latido artístico interior, un algo que aparece en cada sístole y diástole. Un latido que abruma. Te enseña. Se te agarra. En serio. Si tuviera que elegir un verbo para definir esta novela sería ese: se te agarra. Y no te suelta.

Marcos es el personaje principal. Un chaval que está en el último año de carrera de Historia del Arte. Tiene una inteligencia extrema, es delicado y fuera de los márgenes en los que hoy se mueve la juventud. Marcos no bebe. Prefiere una noche en vela ante un libro que una noche blanca de alcohol. Es feo. No gusta. No sale con chicas y casi, casi podría decirse que si no es virgen, poco le falta. Marcos es un estudiante de matrículas, modelo, agarrado a la teoría que devora en sus noches ante el ordenador, es metódico y aplicado, abrumado por Helena, su profesora Helena, esa que todos querríamos haber tenido en la facultad porque no es de las que llegan te sueltan la teoría y se van; no, Helena es de esas profesoras que te hacen pensar y a las que rodea un aurea especial. Abre las cabezas de sus alumnos con diapositivas como la del glande de Bob Flanagan desgarrado y apuntalado en un tablón de madera o la controversia de un artista diferente y mordaz como Jacobo Montes, el gran Jacobo Montes, el transgresor Jacobo Montes, el hipnótico Jacobo Montes, el último artista social del momento, ese que remueve con sus obras pero al que cuesta mirar de frente por la brutalidad con la que cuenta qué pasa en el mundo. Ese artista diferente y mordaz, grande, transgresor e hipnótico que vendrá a la pequeña ciudad de provincias en la que transcurre la novela para crear y exponer su última obra. Marcos será su asistente. Lo que ocurre durante esos tres meses hará cimbrear los cimientos de su vida y su visión sobre el arte, le harán dejar de creer en todo aquello que, hasta ese momento creía inmutable, inamovible; es la rueda sobre la que gira la trama de la novela.

Tres temas confluyen en Intento de escapada, los tres engarzados con maestría por el autor. A un lado, el paso inevitable de la adolescencia a la madurez. A otro, los problemas de la emigración y un mundo global que nos ha hecho insensibles con realidades injustas que se desatan ante nuestros ojos y no vemos, aunque nos demos de bruces contra ellas no las vemos. Y, en medio, el arte. El arte es el motor de la novela, ese latido que lo hila todo, presente en cada página, de la primera a la última. Ese es un factor que a mí, personalmente, me ha entusiasmado. Me apasiona el arte en general y el contemporáneo en particular. Porque para mí, en el arte contemporáneo no sólo admiras un trazo, unas líneas, debates sobre lo que el artista intentó contar, lo que en realidad te llega. No. Para mí el éste es más global, nace y muere cada día, ante cada espectador. En el arte contemporáneo cada uno vive su propio cuadro, inmerso en esa atmósfera de vídeos, sonidos y sensaciones en bucle que dispara tus emociones, aquí y ahora. A mí al menos me pasa cada vez que voy a León y busco con ansiedad que el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) haya cambiado sus exposiciones. Precisamente, mientras leía Intento de Escapada mi cabeza estaba ante las dos obras que más me han impactado de todas las que he visto en el MUSAC. En una pared me parecía estar viendo la apocalíptica poesía de Marina Nuñez en Fin. En la otra, me envolvía la mística del inquietante y bello Everyday Sunshine de la exposición de Hugo Rondione It’s late, quizá la obra que más me han emocionado y conmovido en toda mi vida.

Quizá por eso Intento de escapada se me haya agarrado tanto.

Lo abres y te atrapa. Desde la primera letra. Miguel Ángel Hernández lo hila todo con una inteligencia que deja boquiabierto al lector. Juega contigo, te engaña y deslumbra con una escritura precisa y a la vez poética. Y didáctica. Yo al menos he descubierto tres escritores que desconozco y leeré (Blanchot, Bataille y Bernhard) y un lienzo preñado de matices y dobles lecturas como Un bar del Folies Bergére de Manet. En Intento de escapada no sobra nada, todo cuenta. Las descripciones detalladas de este mundo global e insensibilizado en el que nos movemos, los personajes, que no son demasiados, pero están perfectamente definidos, el latido artístico y la trama en sí, que ahoga, te hace sudar y resoplar. Acaba, además, con un doble giro final magnífico, al más puro estilo Henry James, absolutamente genial.

De verdad, felicito al autor de corazón por escribir esa novela que a mí me hubiera gustado haber firmado. Inteligente, diferente y bella. Magistral. Han pasado tres días desde que la terminé, pero escribo aún impactada, anonadada ante ella. Intento de escapada correrá de boca en boca estoy segura. Llenará librerías y bibliotecas. Permanecerá en el tiempo. Una obra así está destinada a no morir aplastada por novedades venideras. A mis manos llegó, de nuevo, gracias a La Central, esta vez por consejo de Luís. Él fue quien me aconsejó esta lectura y no puedo estar más agradecida (otro gran acierto, señores de La Central). Anagrama publicó Intento de escapada tras quedar finalista del Premio Herralde de Novela 2012, por detrás de Karnaval (ganadora) y Cuatro por cuatro. Es decir, que Intento de Escapada no ganó, pero eso sí, el jurado recomendó su publicación tras ser «excelentemente valorada». Yo no sé cómo serán las otras dos novelas, pero sinceramente, la de Miguel Ángel Hernández me parece insuperable. Insisto in-su-pe-ra-ble. Y yo me pregunto: ¿cuántas novelas tan, tan buenas como ésta laguidecerán en un cajón, jamás verán la luz, mientras truños como Las ardillas de central park están tristes los lunes se imprimen y leen en todo el mundo?

Ojalá la gente leyera más novelas como Intento de escapada y menos libros fabricados casi en serie, como las hamburguesas del McDonalds. Así entenderían porque para muchos, leer es uno de los mejores placeres que tiene la vida.

15 pensamientos en “Intento de escapada

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  4. Bueno, bueno… Me lo he leido, lo he leido con gusto y despacito para no saltarme nada y he de reconocer que si, el libro es bueno, bastante bueno. También lo he disfrutado. Hy momentos, y, salvando las distancias que me recuerdan a amenabar. Sólo le pongo un pero… el final no es redondo, quizás quieras más, la aparición del propio autor en la novela no me acaba de convencer. Pero si, el libro se le muy bien y es cierto, te atrapa y no te deja escapar. Gracias por la recomendación

  5. Este libro es realmente bueno. Y lo creo por ciertas frases que aparecen y que nos pueden hacer ver que en todo artista subyace una sensibilidad que muchas veces se desprecia por completo. Nunca pensamos que alguien sensible pueda mutilar su cuerpo o adornar un cristal con motivos aparentemente absurdos (El Gran Cristal; M.Duchamp). No obstante, a mí me gusta la estética del arte, que todo sea algo más explícito porque, sino, todo se convierte en un elitismo que ni se entiende bien por todos los públicos ni es prácticamente aceptado por las masas. A mí, por ejemplo, no me gusta el arte contemporáneo, pero este libro me ha dado argumentos de que, al menos, se merece el mismo respeto que cualquier otro arte más clásico.
    El libro muestra buenas descripciones, está bien ambientado y redactado. A parte, y esto para mí es lo de menos, engancha una barbaridad. Sobre todo porque me identifico con el estudiante de Bellas Artes (yo también lo soy) y con la ciudad, que creo que es la mía y la de el autor del libro.

    • Muchas gracias por tu comentario! Es un libro fantástico que ya nunca te abandonara del todo. Y, por cierto, me encanta la reflexión q haces sobre el arte… Lo defines perfectamente. Me encanta. Has leído Intemperie? Creo que puede gustarte. Un abrazo!!! Y gracias por leerme!!!

    • Me ha encantado tu comentario Eliseu. Se nota que sabes de arte y, como el autor de Intento de escapada, sabes transmitirlo. A mí me apasiona el arte contemporáneo, de hecho, es el arte que más me gusta, y este libro traslada perfectas las emociones que yo siento ante una obra contemporánea. A mí me gustó muchísimo. Creo que Miguel Ángel Hernández dará mucho que hablar. Tiene sensibilidad, talento y sabe contar historias. Muchísimas gracias por tu comentario, por leerme y por describir tan bien qué es el arte, su latido, su razón de ser! Un abrazo

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